Hoy bailé contigo.

Hoy nos dijeron que pensáramos hacia donde queríamos caminar, con quienes y qué queríamos hacer...
Yo dije que quiero caminar hacia el amor y la serenidad, con Dios y con los que amo, y que quería caminar con amor.

Entre millones de encuentros y paseos por otros espacios y momentos, pasé un rato por tu espacio, te tuve presente...
Es una sensación, no un pensamiento, lo cual resulta aún más bonito.
Entonces sentí tu corazón latir muy fuerte y sentí un gran amor por ti. Un amor sereno, libre, generoso y bondadoso.
Me alegré de haberte conocido, de que hayamos compartido lo que hayamos compartido, y de que hoy, después de tanto tiempo, sin importar las circunstancias, los términos o resultados de nuestros encuentros, te lleve en mi alma con cariño y afecto.